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¿Se puede tener una vida más saludable en 12 días?


Hace un tiempo pensaba que adoptar hábitos saludables era un tema difícil de realizar y que no era para mí, teniendo en cuenta las rutinas que tengo por el trabajo y la labor de ser mamá.


Hace unos meses, en medio de una campaña de lucha contra el cáncer de colon, que lideraba con mi equipo de trabajo, fui invitada a unirme al reto de vivir saludables, una iniciativa promovida por Live Life, una comunidad de profesionales que trabaja generando este tipo de bienestar en las personas.


Junto a un grupo de 15 periodistas asumí el reto de cambiar mis hábitos diarios en busca de un bienestar y equilibrio en mi salud, mi cuerpo y mi mente. El equipo fue liderado por la nutricionista María Paula Estela, una de las confundadoras de Live Life. Al igual que mis compañeros, me comprometí a seguir las indicaciones que esta experta nos ofrecía a diario e intentar adoptarlas para siempre en mi vida.


Debo confesar que antes de iniciar el reto no era muy consciente de los riesgos que nos puede traer no tener buenos hábitos, mantenía mi escritorio con un cajón lleno de paquetes y alimentos poco saludables, que sumados al estrés por el trabajo y la falta de ejercicio, me llevaron hace algunos años a ser hospitalizada y diagnosticada con colon irritable.


El reto consistía en realizar una acción diferente cada día, durante 12 días. El día 1 por ejemplo, el reto era menos palabras, más acción. Ese día me comprometí formalmente a cambiar mi estilo de vida y di mi primer paso, tomándome el tiempo necesario para desayunar sin afanes y de forma sana.


El día 2: menos azúcar, más fruta, fue uno de los retos más duros para mí. Según la nutricionista, el azúcar que naturalmente se encuentra en las frutas es mucho más saludable que en otros productos que la añaden. En cambio, el azúcar añadido se relaciona con mayor peso y riesgo de enfermedades crónicas.


El reto consistía en comer una fruta en su estado natural (no deshidratada) después del almuerzo, en vez de un chocolate, y hacer un batido en el desayuno en lugar del cereal, que tiene azúcar. Aunque ya había bajado el consumo de este nutriente, fue difícil porque las harinas también se vuelven azúcar en el organismo y yo las comía de día y de noche. Comencé a cambiar mis hábitos empacando fruta para llevar al trabajo.


Durante los 10 días siguientes realicé acciones como menos carro, más caminata; menos preocupaciones, más sueño; Menos alcohol/café, más té; menos internet, más interacción; menos texting, más conversaciones; menos codicia, más entrega; tragar menos, masticar más; menos mal genio, más risas; menos sal, más vinagre.


El último reto fue menos carne, más vegetales. En esta ocasión, María Paula Estela recomiendó sólo comerla un día a la semana e incluir más vegetales en el plato, ojalá de diferentes colores. Esto ayuda a mejorar el tránsito intestinal, fortalecer el sistema inmunológico y tener más energía. Mi estrategia consistió en planificar las comidas de la semana. Ahora me preocupo más por tener un plato lleno de colores, y tengo en cuenta que las porciones de proteína no sean más grandes que el puño de mi mano.

Nunca he estado de acuerdo con las famosas dietas que se encuentran en las redes sociales y asumí el reto porque no es nada parecido a eso. Más que cumplirlo por doce días, se trataba de probarme a mí misma, de que puedo adoptar cambios en mi estilo de vida para sentirme mejor de salud y más feliz.


Ahora, me considero una persona más saludable, consciente de que no solo lo que como, sino también mi estado de ánimo influye en mi salud. Hago más ejercicio en la semana, subo la montaña, monto bicicleta y algunos días, no todos, disfruto de mis dulces y comida favorita, pero todo con moderación.


Karol Trujillo Castellanos Comunicaciones, Marca y RSC


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